Una evaluación no solo debe enfocarse en el
proceso de enseñanza y aprendizaje, a los resultados del alumnado… sino también
a la función del profesor, como las actividades que promueven, las experiencias
que realiza el alumno y los contenidos de aprendizaje.
Pero hasta el momento las evaluaciones de las
competencias están mediatizadas por el carácter selectivo de la escuela.
Cada alumno se somete a pruebas periódicas generalmente por escrito para
conocer sus posibilidades, y lo peor es que cada vez es de más temprana edad.
Todas ellas quedan cuestionadas al final por las pruebas de selectividad que se
entienden como el verdadero contenido de enseñanza, que también se evalúan por
una prueba escrita y además con un tiempo limitado, dando lugar a dejar muchos
contenidos importantes sin contemplar.
Y así es como la finalidad de cualquier prueba
o examen reduce el objetivo del alumno a superar pruebas para pasar de
nivel, sin importarle realmente el
aprender o no, y por supuesto condicionar a cualquier profesor a la hora de
impartir el temario.
Imagen propia.
Igual como nos explica Zabala en la idea clave
11 creo que la evaluación el a educación debería ser el medio para que el
alumno reconozca su propia capacidad para aplicar aquello que aprende de cada
competencia y reflexionar si realmente le es útil o no, para después poder
reconocer sus “carencias” mejorándolas
con la ayuda de un profesor y poder progresar en su propio beneficio y no para
pasar a otro nivel.
Por otro lado, y no menos importante, la labor del profesor debería ser valorar a los alumnos según sus capacidades y su esfuerzo, teniendo en cuenta el punto personal de partida y el proceso a través del cual adquieren conocimientos, e incentivando la autoevaluación de las competencias como medio para favorecer las estrategias de control y regulación de la propia actividad.
Entorno a esto puedo añadir que por ejemplo
existen unos indicadores de logro que representan un análisis de la competencia
en función del establecimiento y la observación de aquellas conductas del alumno que permitan valorar el grado de
dominio de la competencia.
Pero hoy en día pese a todas las innovaciones todavía
se sigue evaluando con exámenes y eso tiene que cambiar, en mi opinión todos
los que formamos parte de la educación, tanto educadores como familiares deberíamos
unirnos y luchar por una educación justa, donde el objetivo primordial sea que
el alumno aprenda y no que supere niveles, que cuando salgan del colegio sepan
enfrentarse a la vida sin ningún tipo de problema, y que sean capaces de seguir
reflexionando y aprendiendo sin un educador detrás, como dice Neus Sanmartí en su artículo Evaluar peraprender, "será importante que la evaluación posibilite reconocer que nunca se acaba de aprender del todo y que la competencia exige ser capaz de actualizarse constantemente y estar abierto al cambio para lograr desenvolverse en nuevas situaciones".
Dime y lo olvido, enséñame y
lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.
( Benjamin Franklin. 1706-1790 )
Los niños se preocupan más por los exámenes que por aprender.
Os recomiendo el libro 10 ideas clave de Neus Sanmartí que se parece mucho al de Zabala i Arnau pero tratando más a fondo la evaluación: