<< Todos los niños, jóvenes y adultos,
en su condición de seres humanos, tiene derecho a beneficiarse de una educación
que satisfaga sus necesidades básicas de aprendizaje en la aceptación más noble
y más plena del término, una adecuación que comprenda aprender y asimilar conocimientos,
a hacer, a vivir con los demás y a ser. Una educación orientada a explotar los
talentos y las capacidades de cada persona y desarrollar la personalidad del
educado, con objeto de que mejore su vida y transforme la sociedad>>
Un mensaje así claro y conciso es el que se
daba en el Foro Mundial sobre la educación de Dakar ( UNESCO, 2000), igual que
en muchos otros sitios, pero la pregunta es ¿Quién tiene la “obligación” de dar
esta educación, la escuela o la familia?
La escuela siempre se ha ocupado de
proporcionar la educación en el ámbito del conocimiento en cultura general y la
familia en el ámbito moral por decirlo de alguna manera.
Hoy en día la escuela y la familia son dos cosas que están mucho más que relacionadas, forman parte de un mismo concepto y por lo tanto debería ser necesario que actuaran al mismo compás pero es algo que todavía no acaba de estar claro. Muchos de los padres creen que la educación empieza y acaba en el colegio, pero no son conscientes de que un niño al fin y al cabo pasa más tiempo en su casa, por lo cual para empezar a cambiar la educación hay que cambiar a los educadores. Debería repartirse de una manera equitativa y siempre relacionada la educación en todos sus contextos ya sea como educación formal o informal puesto que nos formamos a partir de todas las experiencias que recibimos en la vida. Porque en todos sus contextos? Porque puede que en el ámbito familiar no se quiera, no se pueda o no se sepa educar al niño, y en ese caso siempre quedaría por lo menos en las manos de la escuela ( que no es poco ) y el niño no saldría perjudicado, que es al fin y al cabo el que realmente importa.
Hoy en día la escuela y la familia son dos cosas que están mucho más que relacionadas, forman parte de un mismo concepto y por lo tanto debería ser necesario que actuaran al mismo compás pero es algo que todavía no acaba de estar claro. Muchos de los padres creen que la educación empieza y acaba en el colegio, pero no son conscientes de que un niño al fin y al cabo pasa más tiempo en su casa, por lo cual para empezar a cambiar la educación hay que cambiar a los educadores. Debería repartirse de una manera equitativa y siempre relacionada la educación en todos sus contextos ya sea como educación formal o informal puesto que nos formamos a partir de todas las experiencias que recibimos en la vida. Porque en todos sus contextos? Porque puede que en el ámbito familiar no se quiera, no se pueda o no se sepa educar al niño, y en ese caso siempre quedaría por lo menos en las manos de la escuela ( que no es poco ) y el niño no saldría perjudicado, que es al fin y al cabo el que realmente importa.
Una vez solucionado el problema de “quien debe
educar” habría que enfocarse en “ como se debe educar”.
La forma educativa que se ha vivido en los últimos
años a sido el “ Saber por saber” osea
que el alumno memoriza el temario con el fin de desarrollar los conocimientos
en una prueba, y no para poder aplicarlos, o con la intención de que estos conocimientos
serán imprescindibles para acceder a la universidad, pero esta mas que demostrado que no es una enseñanza completa para el alumno.
Esta forma educativa debe ser cambiada inmediatamente por el “ saber para saber hacer” o lo que es lo mismo una educación que priorice los conocimientos sobre su capacidad para ser aplicados en la práctica, ya que con el “saber por el saber” estamos privando a muchísima gente de un futuro productivo, y se les esta etiquetando como “fracasados”.
Esta forma educativa debe ser cambiada inmediatamente por el “ saber para saber hacer” o lo que es lo mismo una educación que priorice los conocimientos sobre su capacidad para ser aplicados en la práctica, ya que con el “saber por el saber” estamos privando a muchísima gente de un futuro productivo, y se les esta etiquetando como “fracasados”.
Creo que la educación es un derecho de todos y para
todos sin tener en cuenta cual sea su objetivo secundario como el de seguir con
una formación universitaria o trabajar en un negocio familiar, el alumno debe
salir de la escuela con unos conocimientos igual de prácticos en cualquiera de
los entornos en el que decida aventurarse, y en la manera de afrontar la vida
en el día a día.
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